14 de Julio de 1973

“EDUCACION POPULAR” Junio/ Julio/ l 973 

DIJO EL DIRIGENTE OBRERO AGUSTIN TOSCO 

Secretario de la CGT de Córdoba y Secretario del Sindicato de Luz y Fuerza de la misma Provincia. 

La CGT de Córdoba y el Sindicato de Luz y Fuerza trae para ustedes un gran saludo fraternal y combativo y su adhesión a la realización de esta Jornada de Difusión, a la continuidad de la lucha que se plantean los compañeros trabajadores de la educación para lograr que de nuestro país sea erradicado el problema del analfabetismo, la deserción escolar, la problemática en general, que afecta fundamentalmente a los hijos de los trabajadores.

Los trabajadores y nuestros hijos somos quienes sentimos en carne propia este drama que soporta nuestro país, que soporta Latinoamérica, que soportan todos los pueblos oprimidos por el imperialismo; y es por eso que el conocer en el propio conjunto de los educadores que destacan vanguardias que tratan de acercar y de insertar en el pueblo su acción, rompiendo con el viejo concepto de status especial de los trabajadores de la educación, nos sentimos profundamente alentados porque demuestra que las luchas de la clase obrera y del pueblo están teniendo su repercusión en otras capas de la población, que también son agredidas y explotadas por las clases dominantes, por la reacción y por el imperialismo.

El que ahora los compañeros educadores se planteen la necesidad de pronunciarse y luchar públicamente para que se apruebe una ley general, una ley orgánica de la educación, es muy importante. Y es muy importante a nuestro juicio, no perder tiempo porque la lucha de clases, la lucha de los revolucionarios y de los contrarrevolucionarios, la lucha entre los democráticos y los fascistas, no ha terminado el 11 de marzo o el 15 de abril. Esa lucha continúa y ese antagonismo que señalaba el profesor López Dabat, nosotros creemos que se va a agudizar en el seno del movimiento obrero. Ustedes habrán leído toda una serie de solicitadas de los grupos más fascistas, oscurantistas y reaccionarios, que han lanzado una tremenda campaña de tipo macartista, una tremenda campaña en la cual también ahora usan el término de liberación, algunos también babosean la palabra revolución, pero como si esto fuera patrimonio de quienes hace casi siete años estuvieron colaborando y fueron sirvientes de la dictadura. De ahí que esta campaña macartista que se da en el seno del movimiento obrero, esta campaña de los sectores reaccionarios también se va a dar en el campo de la educación y en todos los campos que hacen a decidir o no el progreso de nuestra sociedad. Por eso, la divulgación, la lucha pública, por estos postulados de la escuela obligatoria, laica, gratuita, por la escuela democrática y popular, son muy importantes, son fundamentales y deben estar entroncadas con las luchas generales de nuestro pueblo.

Nosotros sostenemos que también hay antinomias falsas que hoy se levantan para sectorizar a nuestro pueblo, para frenar la unidad de acción, la unidad en la lucha, para frenar la consumación de grandes cambios de contenidos revolucionarios. Son aquellos que plantean oposiciones drásticas, entre el peronismo, el no peronismo y el antiperonismo. O sea aquellas sostenidas por quienes quieren enfocar con criterio exclusivista el proceso de transformación de nuestro país. Los trabajadores, los ciudadanos, tienen ideas políticas y por lo general están ubicados partidariamente; lo estamos nosotros y lo están ustedes. Pero es una cuestión decisiva en este proceso, a nuestro juicio, que sepamos diferenciar las cosas, y romper esto de las falsas antinomias en todos los terrenos y fundamentalmente en el terreno político que es lo más importante de todo, superestructuralmente hablando.

No es cuestión de peronistas y de no peronistas, de radicales o no radicales, de comunistas y de no comunistas, de cristianos y de ateos. Para nosotros, lo fundamental es la unidad de los compañeros peronistas, radicales, cristianos, comunistas, socialistas, que estén por el cambio, que estén por la auténtica revolución, que estén por la construcción de una nueva sociedad

Los trabajadores de la educación, como los compañeros de los oficios más humildes, debemos estar todos unidos, debemos comprender que la unidad combativa es la principal consigna que debemos tener todos los argentinos y trabajar y continuar la lucha porque creemos que no es solamente con decretos del P.E. o con leyes aprobadas por el Parlamento con lo que vamos a ir adelante. El P.E. y el Parlamento pueden ser neutralizados si la relación de fuerzas favorece a la reacción; pero el P.E. y el Parlamento pueden avanzar mucho más allá incluso de lo que tienen previsto, si la relación de fuerza la cambiamos movilizándonos, uniéndonos a favor de las posiciones combativas, de las posiciones de avanzada y de las posiciones revolucionarias.

Nosotros hablamos de revolución porque queremos una revolución para cambiar esta sociedad. Y porque sabemos que los males de esta sociedad no son de naturaleza moral, y son en cambio males que están asentados sobre una sociedad capitalista injusta ya condenada, planteamos —con todo respeto por las demás concepciones— una sola solución para nuestro pueblo, una sola solución para todo el mundo, que es la construcción de la patria socialista. Porque con el sistema capitalista hemos cosechado sólo esto que aquí tratamos: analfabetismo, deserción escolar, repetir los grados, escuelas primarias en los tranvías, falta de escuelas, mortalidad infantil, desocupación, falta de viviendas, insuficiencia de hospitales para atender la salud del pueblo. Esto es el resultado en definitiva de una sociedad, de una estructura económica donde los grandes medios de producción están en poder de los monopolios fundamentalmente, del imperialismo en general; y mientras el pueblo no rescate de la estructura económica el poder de decisión en lo que hace a planificar económicamente a favor del pueblo, en contra de la anarquía del núcleo privado —de la mal denominada libre iniciativa del núcleo privado— no vamos a salir de la deserción escolar, del analfabetismo, de la desocupación, de la insuficiencia de hospitales, de la carencia de viviendas, etcétera. Porque ningún país capitalista por más desarrollado que esté, por más ingreso per cápita que tenga, por mayores realizaciones tecnológicas que pueda poseer, deja de exhibir también un gran sector de la población marginada, ni deja tampoco de mostrar un serio problema de analfabetismo, ni de todas estas lacras de las que nosotros estamos hablando.

Cuando hablamos de revolucionarios, nosotros hablamos de humanistas; creemos que no se es humanista en el verdadero sentido de la palabra, si no se es revolucionario. No se es humanista por hacer caridad o hacer sociedades de beneficencia; se es humanista si realmente se comprende la injusticia que cae sobre los seres humanos, desde los niños hasta los ancianos y se lucha para corregir esas injusticias contra los causantes concretos de las mismas. Por eso compañeros nosotros nos sentimos estimulados, venimos aquí y aprendemos muchas cosas como siempre hemos aprendido de los compañeros maestros.

Y esas nuevas, en el terreno de la educación, evidentemente que se han de crear si los maestros siguen peleando, siguen combatiendo contra la reforma educativa, contra los vestigios de la reforma educativa, contra aquellos que van a tratar de reinstaurar de una u otra manera, vestidos con un ropaje democrático popular, esa educación sectaria, selectiva, que sirve a las clases dominantes para seguir explotando culturalmente a nuestro pueblo, para seguir metiendo la ideología de los reaccionarios, para seguir levantando la tabla de valores de una sociedad perimida y no la nueva tabla de valores que comienza diciendo que el hombre es hermano del hombre. . . Por eso nosotros traemos aquí, un poco con la crudeza que caracteriza al movimiento obrero, nuestro propio punto de vista, nuestro saludo fraternal y nuestra exhortación a que los compañeros de la educación se encuadren también, se organicen también en el seno de la propia Confederación General del Trabajo. Porque evidentemente, el movimiento obrero de la clase obrera trabajadora se verá tremendamente fortalecido con la participación institucional de los compañeros educadores; y a su vez los compañeros educadores se van a ver fortalecidos.

Yo debo decirles que existe una gran simpatía, una gran identificación del pueblo con los maestros y muy fundamentalmente, con la lucha de los maestros en la CGT. Nosotros hemos tenido la suerte de que participara en varias circunstancias de nuestras luchas, una delegación de la UEPC de Córdoba, y que fuera siempre saludada calurosamente por los compañeros trabajadores; y cada vez que los compañeros educadores de Córdoba tienen un movimiento de fuerza llevando adelante sus luchas, el movimiento de la CGT y de una serie de sindicatos, apoya a los compañeros educadores. En nuestro Sindicato de Luz y Fuerza se han reunido en numerosas oportunidades maestros de diferentes sectores.

Escuchaba al comienzo que se hablaba de la unidad de los maestros argentinos. Sabemos que no es tarea fácil lograrla, que exige grandes esfuerzos y que tal vez demande algún tiempo. Pero es muy valioso lograr que todos los educadores del país, los que trabajan en la escuela pública y los que trabajan en la escuela privada transitoria, logren esa unidad que los va a defender mejor en sus derechos y que va a significar un aporte tremendo a la lucha del movimiento obrero y a la lucha del movimiento popular.       

En la Argentina vivimos grandes cambios, se han adoptado posiciones políticas de una tremenda importancia. Nosotros hemos saludado jubilosamente la liberación de todas nuestras compañeras y compañeros presos, hemos saludado jubilosamente la derogación de la legislación represiva, hemos saludo la reanudación de las relaciones con la República de Cuba, la República de Corea y de Alemania, hemos saludado la disolución de un aparato represivo tremendo, de una significación tortuosa en la historia del país como es DIPA y saludamos también toda una serie de medidas que hacen al respeto de los derechos de nuestro pueblo. Así como saludamos esto, criticamos todos los tipos de pactos firmados entre los burócratas y los empresarios en las trastiendas de los ministerios, sin la participación activa del movimiento obrero o de los sectores populares de los que se dicen representantes. Por eso no queremos ser dogmáticos ni ortodoxos en la apreciación política, queremos ser realistas, queremos vivir la propia experiencia viva de nuestro pueblo y tener la actitud de impulsar, apoyar y aplaudir todo lo que sea positivo, como criticar y enfrentar todo aquello que sea negativo.

Este gobierno es un gobierno de una composición heterogénea, donde hay personalidades avanzadas y progresistas y donde hay también algunas “flores de revolucionarios”. Para no enjuiciar globalmente, nosotros diferenciamos en los hechos concretos las medidas que se adoptan; y diferenciamos con nuestra propia actitud de apoyo entusiasta y ferviente todo lo que signifique un progreso, diferenciamos así como lo bueno también, para continuar con la misma actitud que hemos tenido durante largos años frente a las medidas regresivas, retrógradas, que traban ese progreso que todos queremos estimular.

Como apreciamos que esta reunión está en camino de la unidad en la lucha, como apreciamos que está para impulsar estos grandes cambios, como apreciamos que está para difundir ante el pueblo consignas fundamentales para resolver los problemas de la educación, hemos venido trayendo un fraternal saludo y un fraternal abrazo del movimiento obrero de Córdoba. Y los estimulamos porque —como lo han hecho hasta el presente, como lo han demostrado durante la dictadura— continúen la lucha por la solución de los problemas del movimiento obrero y del pueblo. Nada más.