Centro de Investigaciones Sociales y Económicas
Conferencia del Sr. Agustín
J. Tosco, realizado en AVIC
POR EL CAMBIO
EN LA ARGENTINA
Porqué revistió tales características? Respondía
eso a un espontaneísmo que muchos lo quieren vincular al reflejo de las luchas
de París, de la ideología de Cohn Bendit, de Rudy Ducht, de la Universidad de
Columbia, de Berkeley, o de las luchas estudiantiles en general, planteadas en
EE.UU., en Francia, en Alemania, en Italia, etc.? Ese 29 de mayo que significó
una eclosión popular, era nada menos que un reflejo, era un mimetismo que
cruzaba el continente, el océano, y que repercutía sobre una ansiedad contra
el autoritarismo, contra la sociedad tecnológica avanzada, contra la falta de
perspectiva de la juventud en gran medida acomodada, como se planteaba en las
luchas estudiantiles de esos países?. Nosotros en distintos reportajes,
especialmente a medios periodísticos o emisoras del exterior, hemos negado las
razones o los fundamentos de esa conclusión: -Que el hecho de Córdoba fuera un
reflejo de hechos, una copia de actos ocurridos en otras partes del mundo. Y
hemos negado sustancialmente el problema del espontaneísmo. Y hemos negado el
problema de las minorías activas, y hemos sustentado el concepto de que lo de Córdoba,
tenía una honda raigambre popular. Y tenía
todo un precedente, toda una acumulación de hechos que desembocaron el 29 y 30
de mayo. Resulta que en el país no se produjeron hechos similares, ni se
combatió desde el principio a la dictadura, tal como sucedió en Córdoba. La
famosa expectativa esperanzada, el consenso tácito que enarbolaba Onganía y
sus tecnócratas de la política comunitaria no pudo hacer pié, no pudo hacer
base en Córdoba. Nuestra organización, en particular, en el mes de agosto
publicó una solicitada titulada Signos Negativos, en la cual desenmascaraba ya
en el medio de las expectativas esperanzadas del país toda una serie de medidas
ultra reaccionarias, antipopulares y antiargentinas que definían con absoluta
claridad el contenido del gobierno dictatorial y reaccionario, y los objetivos
oscuros en todos los aspectos del régimen usurpador del poder. Y el 7 de
septiembre de 1966, la dictadura de Onganía consuma su primer alevoso asesinato
en la Ciudad de Córdoba, matando al compañero Santiago Pampillón. Compañero
que a la vez era estudiante y trabajador, que daba en síntesis: a la juventud
argentina, que a la par del esfuerzo del trabajo, lleva adelante el ideal de la
capacitación para poder realizarse como persona y que se enfrenta a un sistema
y a una sociedad que se lo impide en sus propias normas institucionales y que en
defensa de esas normas institucionales de ese orden, usa la represión llevando
hasta las últimas consecuencias de balear, como sucedió con Santiago Pampillón
en una manifestación estudiantil, y quitarle la vida.
Córdoba, y disculpen Uds. que insista mucho, creo
que más que como cordobeses es una cuestión de intereses, de inquietud
nacional, el haberse producido los hechos en Córdoba, ni porqué esté ubicada
donde está, porque las coyunturas históricas, la tradición combativa, etc.
han determinado que allí sea, - Córdoba quiere mucho a su estudiantado, y el
estudiantado cordobés tiene una honda tradición de lucha por una serie de
derechos. En 1918 el estudiantado cordobés luchó por reformas fundamentales
tanto el régimen de enseñanza, como el sistema de administración, como a los
objetivos que se planteaba la universidad. Y este hecho y esa lucha adquirió
una proyección de carácter internacional. Y pese a que muchas veces se ha
planteado un falso divorcio o se han inculcado ideas antipopulares al
estudiantado, a la juventud, nunca pudo ser rota esa amistad, ese
reconocimiento, ese orgullo del pueblo por su propio estudiantado como es en el
caso de Córdoba. Y el asesinato de Pampillón determinó ya definitivamente un
juicio absolutamente negativo sobre la política de la dictadura. Además de la
intervención a la Universidad, de la disolución de los centros de estudiantes,
teníamos y nosotros los cordobeses lo conocíamos bien- a un Ministro del
Interior, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Córdoba, Martínez
Paz, que era uno de los principales autores de ese avasallamiento contra la
juventud estudiosa. Y quien podía engañarse o quién podía estar expectante o
mantener una esperanza conociendo quien era Martínez Paz, conociendo quién era
Ferrer Deheza, un gobernador al cual se lo llamó el gobierno de la sagrada
familia, distintas revistas nacionales lo destacaban donde las reuniones de
gabinete se realizaban para ganar tiempo o en los almuerzos o en las cenas
familiares, porque el primo, el tío o el sobrino, eran los secretarios de la
gobernación, los ministros de una u otras carteras. ¿Quién podía engañarse
entonces conque la represión desatada durante varios días contra los
estudiantes, el encarcelamiento, el asesinato de Pampillón,
no era la síntesis de toda una política contra la juventud argentina, que
es hablar contra el futuro del propio país?. El 7 de septiembre fue herido
Santiago Pampillón, y el 12 de septiembre falleció en el Hospital de Urgencias
de Córdoba. El movimiento obrero cordobés aún con todas las dificultades que
planteaban los resabios de una falta de concepto de la unidad de los
trabajadores y de los estudiantes, con las dificultades que planteaba que
algunos compañeros estuvieran inmersos en esa expectativa esperanzada, declaró
un paro general, que si bien es cierto fue de una hora, fue la primera medida de
acción directa en repudio de la dictadura. Y designó una delegación para que
acompañara los restos de Pampillón a Mendoza. Yo participé de la misma y
fuimos a Mendoza, y en Mendoza nos encontramos con la otra expresión del
movimiento obrero, incipientemente participacionista, que creía que Onganía y
su equipo pseudo nacionalista iban a resolver los problemas que los viejos
partidos políticos y la crisis y toda una serie de antecedentes que le servían
de justificación entre comillas, a la usurpación del poder. Esos compañeros
que creían en eso sustentaban, al contrario de nosotros, una actitud pasiva,
una actitud de compromiso con la política reaccionaria del régimen, y un deseo
de instrumentar una CGT para que le sirviera de base popular y eventualmente
para una salida continuista de bases políticas para la Revolución Argentina.
El compañero Jerónimo Isetta, (doy el nombre), cuando nos encontramos en
Mendoza la delegación de la CGT de Córdoba, señaló como era posible que la
CGT nacional, no se pronunciara, se comenzara
a activar contra todas las medidas que se estaban adoptando, contra la
política que sintetizaba por el conocido Ing.
Alvaro Alzogaray, nombrado ministro plenipotenciario en esa época de Onganía.
Los estudiantes mendocinos hicieron ese mismo planteo. Y el compañero Isetta,
que sigue en la misma línea del compromiso con el régimen y con el sistema,
ante el apremio que significaban hechos de tanta trascendencia como la muerte de
un compañero por el aparato represivo defendiendo derechos que eran comunes a
todos, sibilinamente señaló que
la representación nacional de la CGT estaba dada por la representación que había
enviado la CGT de Córdoba. Sin embargo no hubo una presencia de identificación
de la CGT nacional, porque el compañero Isetta estaba de casualidad en Mendoza.
No había acudido para solidarizarse con el dolor del pueblo y con el dolor de
la juventud estudiosa, para
solidarizarse con Pampillón, con los estudiantes cordobeses, con los
estudiantes mendocinos, con los estudiantes en general del país que había sido
heridos y golpeados en el persona de Pampillón por el régimen de la dictadura
de Onganía. Fue el hecho de Santiago Pampillón en particular, lo que
desencadenó el proceso?. No, ese fue un hecho de mucha importancia, pero en Córdoba,
tanto en el movimiento obrero como en el estudiantado, se planteaba una toma de
conciencia de todos los sectores postergados de la población, que el camino
para lograr los derechos populares, era enfrentar decididamente al régimen que
simbolizaba lo más reaccionario de nuestra sociedad, lo más reaccionario de
las altas jerarquías militares, vinculadas a un proceso de penetración
imperialista y de dominio de todas las riquezas naturales, económicas y
culturales de nuestro país. Y cuando en Rawson, esos compañeros y tantos otros
periodistas nos preguntaron qué significaba el “ CORDOBAZO” con relación a
la improvisación, al espontaneísmo, a la minoría activa, nosotros respondíamos
que era la toma de conciencia de un pueblo expresado en el más alto nivel, en
los grados cuantitativos y cualitativos de sentirse oprimidos, de saber que se
puede vivir dignamente y que hay todo un complejo sistema instrumentado, que por
la fuerza, nos impide ese nivel de dignidad, ese sentido de argentinidad, esa
realización de hombres, de trabajadores, de argentinos. Porque el
“Cordobazo” fue la desembocadura de una serie de luchas cuyo arranque, podríamos
decir de carácter heroico, fue o sucedió el 7 de setiembre cuando ese herido
de muerte Santiago Pampillón. Y luego la política de Onganía, de Salimei, de
Martínez Paz, que hace de la racionalización, de la denominada racionalización
administrativa, un pretexto para las cesantías, para la violación de los
contratos colectivos de trabajo, obliga en definitiva a una decisión de orden
nacional, a un paro nacional que se produce el 14 de diciembre de 1966, que
culmina con la caída de una serie de personeros como Martínez Paz, como
Salimei, y que son reemplazados por otros personeros que sólo cambian de nombre
en la función pública, que sólo cambian de matices, pero que tienen los
mismos objetivos y están ligados a los mismos intereses de quienes llevaban
adelante la política anterior. Y aparece un Krieger Vasena de Ministro de
Economía, y aparece un Borda de Ministro del Interior y aparece un Caballero de
Gobernador de Córdoba, etc. Ante este curso de los acontecimientos, los
dirigentes acostumbrados a la conciliación, que no entienden que la conciliación
auténtica es un permanente estado conflictivo entre los trabajadores y las
patronales, que lo toman como una conciliación de carácter impúdico porque
reniegan de principios y de objetivos para atarse a los del régimen, esos
propios dirigentes elaboran un plan de lucha en el cual se invita a otros
sectores profesionales, fuerzas económicas nacionales, a contribuir con su
expresión de protesta a esa acción de la CGT. El 22 de Febrero de 1967 en Córdoba,
los trabajadores salen a la calle. Somos reprimidos, dispersan con los perros,
con los caballos, los gases. Se produce en particular la detención de doce
compañeros entre los cuales estaba yo incluido, frente al Correo Central de la
Ciudad de Córdoba. Y se realiza una semana después, una serie de
concentraciones que sí se hicieron en Córdoba –porque la mayoría de los
compañeros representantes obreros, como el propio movimiento estudiantil, no
escatimaron un esfuerzo para que se llevara adelante esa movilización, no
limitaron su simulación a dar un comunicado con hermosas palabras
revolucionarias y luego boicotear en la práctica todo atisbo de movilización
popular. Y hubo una serie de concentraciones y hubo una serie de detenciones. Y
el 1 de marzo, que era el paro general de 24 horas, también cumplimos
rigurosamente, así como se cumplió en todo el país, allí nuevamente la mano
de hierro de la dictadura, llevó adelante su política de represión. Fueron
intervenidas una serie de organizaciones obreras, la Unión Ferroviaria, Químicos,
Prensa, Portuarios, que fueron intervenidas por la gran lucha contra la
racionalización que llevó adelante en diciembre de 1966, FOTIA, etc. Se
aplicaron suspensiones masivas a casi todos los que habían parado en Córdoba.
Se aplicaron suspensiones de 20 días a los representantes obreros. Se
declararon cesantes a innumerable cantidad de compañeros, se rebajaron categorías
a los compañeros, en particular ferroviarios,
se les reducían los sueldos y las categorías de trabajo, mientras seguían
realizando los mismos trabajos. Ya había caído de la dirección conciliadora
de la CGT el compañero Francisco Prado de Luz y Fuerza, que mientras los compañeros
portuarios de la Capital Federal luchaban contra la represión, fue a un
festival muy famoso en Córdoba, el festival Nacional de Folklore, y anduvo este
compañero tomando vino y comiendo empanadas en medio de la guitarreada de Cosquín,
que por otra parte son muy hermosas, pero que para ese momento no significaba un
pronunciamiento de ese compañero, sino aislarse como representante de la CGT,
de la lucha de esos trabajadores. Luego del 1 de marzo y el levantamiento de los
paros que estaban sancionados para el 21 y 22 de marzo, cayó este compañero de
la CGT y fue reemplazado por una comisión de delegados. Ese fue un golpe muy
grande para la clase trabajadora, para el espíritu de rebeldía que se iba
incubando cada vez más en todo el pueblo con el régimen opresor y así
transcurrió 1967, sin que hubiera mayores exteriorizaciones en la lucha del
pueblo.
Porque nosotros conceptuamos como pueblo a la clase
trabajadora y al estudiantado, a todo lo que tiene un interés nacional, a todo
lo que quiere un porvenir mejor para nuestra patria. Las minorías entregadoras
y oligárquicas no pertenecen al pueblo argentino. Pertenecen al canibalismo
internacional del dinero que ha sido definido reiteradamente en oportunidades
distintas por Paulo VI, como agente de frustración, de explotación y de
postergación de los pueblos. Entonces no conceptuamos como parte de nuestro
pueblo a esas minorías reaccionarias y oscurantistas, que usan del pueblo para
fortalecer sus privilegios, que explotan al pueblo, que no tienen un sentido de
nuestra nacionalidad ni quieren la realización de su país, sino que sustentan
el concepto internacional del dinero, sin patria, del monopolio explotador.
Si bien
no había exteriorizaciones en particular, sí, denunciábamos ya
consecuentemente y en particular desde Córdoba, desde prácticamente todos los
sindicatos, el resultado de la política económica, el resultado de la acción
política en sí, de la política social y cultural del régimen, tanto que en
un Congreso de la Federación de Luz y Fuerza planteábamos que la devaluación
resuelta el 13 de marzo de 1967, era como lo es ahora, la de este nuevo
ministro: una devaluación anticipada, un factor para cubrir la inflación que
iba a continuar y los hechos lo confirmaron.
Denunciamos que el régimen había dictado una ley de
hidrocarburos para facilitar en abierta medida la entrega del petróleo
nacional, que había sancionado una ley de sociedades anónimas, contrariando el
proceso de recuperación por parte del estado, de las fuentes básicas de la
economía y de las empresas que son palancas fundamentales para el desarrollo
auténtico. Tanto como que YPF o Agua y Energía Eléctrica, empresas del
estado, pasaban a constituir entidades mixtas, donde para satisfacer nuestra
inquietud como argentinos por dominar el proceso, la actividad de esas empresas
se nos quería fundamentar en que la titularidad de esas acciones
en un 51% eran del estado y en un 49% eran de los monopolios, de los
tenedores privados de acciones, y que como teníamos un 2% más, con ese voto
formal del 2% íbamos a imponer la política económica, el curso de esas
empresas en el país. También denunciábamos que mientras en el resto de los países
del mundo las empresas de capital privado cuyo fin es el lucro, las empresas
pertenecientes a los grandes monopolios como sucursales foráneas inserta en los
países dependientes, eran nacionalizadas o al menos se producía una recuperación
por parte del estado, mientras entonces en el resto del mundo o en los países
que tomaban medidas con los interese nacionales se pasaba de lo privado a lo
estatal o público, en la Argentina se pasaba de lo estatal a lo privado. Este
era el significado de toda una política de
entrega del patrimonio nacional, no sólo del patrimonio sino de la
conducción de la economía nacional a los grandes monopolios. Ese fue el
fundamento principal de la sanción de la ley de sociedades anónimas o de
sociedades mixtas. Indicábamos que había sido anulada la ley del salario vital
mínimo y móvil. Señalábamos que se había impuesto un arbitraje obligatorio
en el cual el estado no como ente abstracto sino como institución copada por la
reacción, con personeros de la reacción, como el caso del Sr. San Sebastián,
iban a dirimir las cuestiones con una objetividad que era la objetividad de las
patronales. Señalamos que había
sido anulada la ley de indemnizaciones por despido, que había actualizado en
niveles remunerativos una ley vieja que le permitía a las patronales despedir
por chirolas podemos decir así, a trabajadores que tenían 20 ó 25 ó 30 años
de antigüedad. Que había sido sancionada como corolario de toda esta política
reaccionaria, una ley de defensa civil que permitía movilizar incluso a los
menores de 16 años, so pretexto de disturbios, de inseguridad de la nación,
etc., para enfrentar las acciones reivindicativas, las huelgas que llevaron
adelante los sindicatos. Señalamos que había sido sancionada la ley 17401 que bajo pretexto de represión al comunismo, deja al SIDE,
la calificación de comunista, de extremista o lo que fuera para condenarlo por
su actividad en defensa de los derechos del pueblo, sea cual fuere en última
instancia el partidismo que él ejerciera. Señalamos como decíamos recién el
problema de la intervención a las Universidades, no para hacer una Universidad
abierta y al servicio del país, sino para hacer una Universidad de acuerdo a
las financieras, a las fundaciones que las tratan como fábricas del saber para
ir construyendo los elementos, los técnicos, los ejecutivos, los ingenieros, al
servicio de los monopolios que penetran en nuestro país. Señalamos que se había
aumentado el mínimo de edad para que los trabajadores que daban toda su vida al
servicio de la sociedad, pudieran jubilarse, llevándolo primero de 50 a 55 años
y luego de 55 a 60 años de edad. Denunciamos que el régimen había pretendido
institucionalizar a nivel de gendarme internacional, para reprimir la lucha de
liberación de los pueblos de América Latina
a la Junta Interamericana de Defensa, cosa que se hizo aquí en Buenos
Aires, que en definitiva ese intento, que fue patrocinado por el propio Onganía
fracasó. Denunciamos que so pretexto de una ineficacia de los partidos políticos,
se colocaba una mordaza para la opinión de todos los trabajadores, de todos los
ciudadanos sobre la política del país que se instauraba un verticalismo en el
cual sólo era legal la palabra del régimen y la de los demás era sometida a
un régimen de control, a un régimen de impedimento, que impedían
exteriorizarse, ya sea a los partidos políticos o a los ciudadanos o a las
distintas instituciones populares. En esa oportunidad a fines de 1967,
proponemos medidas de fuerza para que la comisión delegada de las CGT lleve
adelante un plan de acción, porque todas estas cosas golpeaban no sólo los
interese de la clase trabajadora sino que golpeaba todo el país, llevándolo
cada vez más a un grado de sometimiento que ha de impedir,
no solo la realización del país como país, sino de la propia clase
trabajadora como factor fundamental, como mayoría del pueblo en la construcción
de su destino. Y sosteníamos que el sindicalismo específico que quieren
imponernos las patronales, para que reduzcamos nuestra acción a discutir una cláusula
de contrato colectivo de trabajo, a esta altura del proceso de liberación,
levantar las banderas del sindicalismo específico, es una traición a la
Patria. Porque no hay posibilidad alguna de que la clase trabajadora pueda tener
un adecuado nivel de vida, mientras el país este sometido y esté expoliado por
los grandes monopolios. De ahí que ya en ese aspecto tomábamos conciencia de
la necesidad que el sindicalismo argentino no sea un sindicalismo administrador,
sino que sea un sindicalismo de liberación porque hay una serie de factores que
van a provocar el cambio en la Argentina, entre ellos, uno muy importante es el
sindicalismo hecho con conciencia de liberación. No con conciencia de burócratas,
de jornadas administrativas que se reduzcan a limpiarse los zapatos en las
alfombras de la Casa Rosada, o desentiendan las preocupaciones fundamentales de
los obreros. De ahí que proponíamos que se llevara adelante esta medida.
Otros, los eternos preocupados por la normalización institucional de la CGT y
despreocupados por las normalizaciones institucionales del país negaron la
posibilidad de tomar medidas de acción directa. Y organizaron un congreso de
normalización al cual le pusieron fecha 28,29 y 30 de marzo de 1968, previo
cotejo de delegados para que el participacionismo, el dialoguismo pudieran
dominar a este congreso de la CGT al
servicio de la dictadura. Se llegó a tal grado de desvergüenza dentro de lo
que debe ser la única vergüenza de un dirigente sindical, como para sostener
que en ese congreso de la clase trabajadora no podían participar las
direcciones que habían sido intervenidas por la Dictadura porque no estaban
dentro de la legalidad y fue así que no podían participar los compañeros de
ferroviarios que es el sindicato más poderoso del país, que tiene una honda
tradición combativa en defensa de los derechos de los trabajadores, que tenía
compañeros, caso del compañero Antonio Scipione a los cuales no se les podía
poner una mordaza dentro de un auténtico congreso de los trabajadores. Porque
quitar esa silla o poner esa mordaza, era ser amanuenses de Onganía, que había
instaurado esa legalidad para todos aquellos que no se habían jugado contra la
dictadura, y que había instaurado la ilegalidad contra la Unión Ferroviaria,
Fotia, contra los portuarios, contra Prensa, etc. que había luchado en defensa
de sus derechos. Y nos pretendían convencer, yo era delegado por Luz y Fuerza
de Córdoba, en la federación de Luz y Fuerza, que convenía hacer eso porque
las cosas no andaban bien, porque la relación de fuerza, porque después los íbamos
a llamar a los compañeros. Y nosotros denunciamos que había que reconocer a
todos esos delegados, porque sin menoscabo de nadie eran la expresión más auténtica
de las bases sindicales. Y que excluía a
los intervenidos a quienes le habían retirado la personería gremial, a los
perseguidos, a los sancionados, a los cesantes, era cometer una traición al espíritu
tradicional de la solidaridad sindical. Sin embargo no estaban convencidos.
Estaban en el tacticaje, estaban en el negociar de lo que no se puede negociar y
que ellos lo han negociado infinidad de veces; que es la vergüenza, el sentirse
defensor, al menos de los más elementales derechos de la clase trabajadora, el
sentirse identificado antes con un compañero que ha caído en la lucha, que con
un régimen que usurpó el poder al
margen de la voluntad del pueblo. Y llegó el 28, 29 y 30 de marzo y aún así
habiendo sido programado por ellos, habiendo estafado sus delegados, en
definitiva el espíritu de la clase trabajadora, la posición de los delegados
de los sindicatos intervenidos, la solidaridad de otra serie de compañeros
delegados de otras organizaciones, determinó que se hiciera ese congreso y se
proclamara la lucha de todo el movimiento obrero contra la política de la
dictadura. Y naciera allí, con un criterio de unidad, con un criterio amplio,
expuesto en el contenido del Manifiesto del 1 de mayo, la CGT de los argentinos.
Mientras los participacionistas veían a San Sebastián para que no reconociera
a ese auténtico congreso, mientras los participacionistas programaban otro
congreso, el de la legalidad, este congreso de la CGT auténticamente
representativo programaba una serie de actos, una serie de luchas. Y así fue
como el 29 de abril de 1968, en Córdoba, se realizó un gran acto de 5000 compañeros,
como aquí en Matanza, en San Justo, se realizaron actos donde participaron gran
cantidad de compañeros, como en Rosario y en Tucumán también se iba
exteriorizando ese que era denominado genuinamente la rebelión de las bases, ya
no contra el sistema, ya no contra la opresión, la arbitrariedad de las
injusticias que decretaba Onganía, sino contra los propios dirigentes
claudicantes.
Ese era
otro grado de la toma de conciencia de las masas obreras, que ya no reconocían
en el dirigente al hombre dueño de la verdad por el simple hecho de ejercer un
cargo, sino que reconocían en los dirigentes a los compañeros que se jugaban
por encima de los cargos, por la defensa de los derechos.
Pocas semanas después de estos actos, en Córdoba se
organizan semanas de recordación de los mártires populares, en Septiembre de
1968, segundo aniversario de la muerte de Pampillón, nuevamente los
trabajadores, los estudiantes, cubrieron las calles con sus manifestaciones, con
sus protestas, con sus reclamaciones, y una vez más la represión en forma
alevosa, disparó sobre un compañero estudiantil, el compañero Aravena, que
está paralítico, como producto de un disparo que le hizo un policía y al cual
pretenden resolverle el problema asignándole un subsidio irrisorio, como los
que han sido resueltos últimamente, para que el compañero mitigue su dolor, su
drama de estar a los 23 años de edad paralítico como producto de la represión
desatada en Córdoba. Cinco compañeros de Luz y Fuerza fueron detenidos en la vía
pública manifestándose como es un
derecho que debe ejercerse en todos los lugares del país, y estuvieron 25 días
presos en la cárcel de encausados donde posteriormente fueron dejados en
libertad por falta de mérito. La falta de mérito en el terreno judicial, que
es completamente distinta al mérito en el terreno sindical, porque la falta de
mérito era el encuadramiento de no haber cometido un delito, pero el mérito
sindical estaba en manifestarse en la calle, el protestar contra lo que se vivía.
Otras series de compañeros más estuvieron detenidos, y ya avanzado el régimen,
cada vez más a fondo propone en Córdoba
la experiencia neocorporativista que era la esencia fundamental del régimen de
Onganía. El Dr. Carlos Caballero, de expresión fascista, hombre que hacía en
su juventud el saludo romano, designa al denominado Consejo Asesor Económico y
Social. Los trabajadores denunciábamos ante la opinión pública cuál era el
contenido de este Consejo Asesor, un consejo que estaba compuesto por 9
representantes de los cuales uno era de la clase trabajadora, y que por expresa
disposición de su articulado
no eran representantes porque ellos lo denominaban representativos, de ahí que
pasaran a integrar este Consejo Asesor en calidad de hombres representativos que
procedían de distintas instituciones, pero no recibían el mandato ni el
control de esas instituciones.
Hicimos un mural grande donde denunciábamos al Consejo Asesor, un fraude a la
voluntad popular, donde decíamos que eran los primeros pasos para dejar de lado
definitivamente la expresión soberana del pueblo, para digitar desde arriba,
para compartimentar, al estilo corporativo, las representaciones por estados
productivos de la sociedad, que iban a suponer una política en general al
servicio de sus propios intereses, en desmedro de los intereses de la clase
trabajadora y que iban a levantar
la consigna de una sola ideología como fue levantada en la Italia de Mussolini,
en la Alemania de Hitler, en Portugal de Oliveira Zalazar, en la España de
Franco. Y lo denunciamos permanentemente y nos siguieron los estudiantes, se
unieron personalidades de distintas fuerzas cívicas y populares. Pero el Sr.
Caballero recibía un respaldo incondicional del régimen central porque querían
hacer en Córdoba esa experiencia para trasladarla luego al ámbito nacional, o
para luego con la experiencia de Córdoba, recoger las conclusiones y facilitar
ese proceso de fascistización bajo el lema del comunitarismo y del
participacionismo. Mientras tanto en otros
lugares del país también había exteriorizaciones dramáticas, como el
caso de Tucumán que fue asesinada la compañera Hilda Guerrero, como la lucha
de los compañeros de Ensenada, como la lucha de los compañeros de Fabril, como
la lucha de los compañeros de la Gallareta de Santa Fe. Luchas que por lo
general eran derrotadas en el sentido que las reivindicaciones planteadas no se
conseguían, se intervenían los sindicatos, caían asesinados algunos compañeros
y triunfaba la tesis del régimen, muchas veces por encima de las tesis de las
propias patronales. Esto configuraba todo un panorama de una toma de conciencia
en las bases del pueblo, porque no surgía la proyección y la organización
desde una central, como debió ser la Confederación General del Trabajo, que ya
normalizada en la legalidad de Onganía se limitaba a insistir en el diálogo,
en las componendas, en las fórmulas de conciliación sin ningún tipo de
resultado. En Córdoba, en particular, acto que se realizaba, como el que se
realizó el 28 de junio de 1968, era violentamente reprimido. En un solo acto
del 28 de junio de 1968, que lo
denominamos El Repudio al segundo
aniversario de la Dictadura, cayeron presos 322 compañeros en una sola tarde.
Todo esto que se daba fundamentalmente en Córdoba y que también fuera
protagonizado en distintos lugares del país, evidenciaba la imposibilidad de
imponer en la Argentina un régimen como el propiciado por Onganía. Pero allí
se acentuó el proceso de represión. No solo lo teníamos a Pampillón muerto,
no sólo teníamos a Aravena paralítico,
no sólo teníamos a cientos y cientos de detenidos, sino que nos habían
formulado un consejo asesor que era una burla para todos y también se habían adoptado medidas que afectaban directamente a los
derechos de los trabajadores, como ser la eliminación del sábado inglés, ley
que regía en Córdoba desde 1932, y que significaba la quita de los salarios de
los compañeros. En una trasferencia de un grupo de cooperativas de transporte a
otro grupo de patronales,no se reconocía la antigüedad de los compañeros de
transporte para ingresar a esas nuevas patronales, que eran los mismos ómnibus,
el mismo trabajo y el mismo recorrido. Por disposiciones de orden nacional no
planteaba a los trabajadores las denominadas quitas zonales que hacía que un
trabajador del interior percibiera remuneraciones inferiores a los compañeros
de la Capital Federal. Por otra parte hubo un hecho muy sonado denominado el
“caso Valinotto”, de un sobrino del ministro de Córdoba, Martínez Golletti,
quien en una circunstancia mató un mecánico, y que lo encuadraba en el título
de homicidio simple y que por tratarse del ministro de gobierno no fue a la cárcel.
Fue a una oficina de la Casa de Gobierno, en Córdoba, del Dr. Caballero y se lo
dejó en libertad apelando al testimonio de abandono que es, dar una referencia
sobre la conducta general de una persona, donde intervenía un Vocal del
Superior Tribunal de Justicia, donde intervenía una serie de funcionarios
ligados al gobierno. Y teníamos llevado ya al extremo del nepotismo, no en el
sentido del acomodo de los puestos públicos, sino en el de no aplicar la
justicia tal cual se aplica a todo el mundo, a familiares de funcionarios
fundamentales del régimen de Caballero. Se denunció por otra parte la famosa
brigada FANTASMA, en la cual se extorsionaba a los presos bajo falsas
acusaciones, bajo la simple presunción de estar implicados en delitos comunes.
Todo esto, y esto le decimos para demostrar que el “Cordobazo” no
fue una cuestión espontánea, motivó que la CGT de Córdoba diera un
manifiesto denominado Declaración de Córdoba, fechada el 21 de marzo de 1969,
o sea poco tiempo antes del estallido popular, y en esta declaración se señalaba
toda serie de cosas que eran premonitorias al breve plazo, de este suceso histórico.
Decíamos por ejemplo, breves párrafos, “ Nuestra
provincia soporta un descalabro gubernativo, una manifiesta inoperancia en los más
altos niveles jerárquicos
oficiales, una ineptitud generalizada para la conducción de la cosa pública.
Paralelamente a esta ineficacia se destaca un oscuro y torpe manejo de los
instrumentos del poder, para favorecer a los círculos del privilegio económico
y financiero, para succionar los
modestos recursos monetarios de la población, para burlar la auténtica
representatividad popular mediante el fraude neocorporativista”. Señalábamos
“que, era el Consejo Asesor”, que era el “ Caso Valinotto”
como protección al crimen,
que eran los impuestos que motivaron una serie de manifestaciones de los centros
vecinales, ya que se habían elevado varias veces los impuestos municipales y
los impuestos provinciales, cual era la condición económica, producto de toda
una situación nacional del nivel de remuneraciones, la condición económica de
la familia del trabajador, cual eran los problemas estudiantiles. Denunciábamos
el cierre de escuelas nocturnas de capacitación, denunciábamos la brigada
fantasma bajo el subtítulo de Intimidación, Extorsión y Persecución, denunciábamos
la Revolución Argentina y el Gobierno de Córdoba. Fíjense Uds. que llegó a
tal grado de irresponsabilidad el gobernador de Córdoba, que el 12 de febrero
de 1969 en la Fiesta Nacional del Trigo,en Leones, en el discurso, señaló
textualmente el siguiente párrafo, que fueron comentados editorialmente por la
prensa de Córdoba. Decía el Dr. Caballero: “ No podemos ninguno de nosotros
eludir el compromiso de construir escuelas, hospitales, etc. nuestra patria con
todas sus riquezas ha sido entregada por Dios a un puñado de hombres pero en
ese regalo, que también es una carga, debemos ver un especial designio de la
Providencia”. El Diario “Los Principios” de Córdoba de orientación,
de extracción católica, el diario católico de Córdoba, en una editorial con
honda sorpresa decía:
–“
Quiénes son éstos hombres providenciales?, no lo sabemos, aunque lo suponemos,
concebirse como designados por la Providencia, para redimir a una Nación y
conducirla entre comillas a su grandeza, representa por cierto el colmo de la gloria, si quien recibe la suprema
misión tiene alguna prueba”. Esto lo decía el diario Los Principios en una
editorial, pero más que todo significaba un concepto típico a lo Torquemada,
del Dr. Caballero, porque se sentían influidos o poseídos por el espíritu
divino y como un destinatario para redimir a nuestro país al margen de la
voluntad soberana del pueblo. Esa situación general como Uds. comprenderán,
que nos impedía hacer actos, que cuando intentábamos hacerlos nos reprimían,
que no permitían ningún tipo de exteriorización, que teníamos compañeros caídos
y encarcelados, que nos atacaban económicamente en nuestros derechos, que
pretendían representarnos por vía de consejos asesores y neocorporativistas,
que nos habían eliminado el sábado inglés, que nos aplicaban las quitas
zonales, que no reconocían la antigüedad de los compañeros en un mismo
servicio, creaba un clima, que habiéndose manifestado reiteradamente hacía
absolutamente lógico; podríamos decir, que se produjera y que se produjo el 29
y 30 de mayo.
Las denuncias eran públicas, impresos destacando
todo esto. Pero la reacción, la represión, no era concentrada únicamente en Córdoba.
El 14 de
mayo el sindicato de Mecánicos del SMATA,
en defensa de la ley del sábado inglés, decretó un paro de actividades para
el día 16 de mayo. Pero la asamblea que había sido hecha en un local del Córdoba
Sport Club, que es un mini Luna Park, digamos, fue prohibida cuando ya los compañeros
habíamos llegado a la Asamblea. Y la fuerza y la violencia de la cual tanto se
escandaliza el régimen y el sistema, se aplicó descaradamente, violentamente sobre
los compañeros. Eso originó la rotura de 200 y pico de vidrieras que los compañeros,
defendiendo su derecho en la calle, no practicando la violencia como objetivo
humano de violencia, sino defendiéndose de la violencia que le impedía ejercer
un derecho elemental, cual era el de reunirse en un local cerrado para defender
sus derechos, para impedir que se les redujeran sus salarios en un 9,1%, que era
la ley del sábado inglés sancionada en 1932. Pero se hablaba de la violencia
de los compañeros mecánicos, que como podía ser la falta de cultura, de
educación en la calle, recoger piedras y tirar. Claro,desde una posición cómoda,
desde una posición de impugnar la defensa de un derecho, eso no se puede hacer,
pero cuando el derecho ha sido pisoteado, cuando incluso no se permite la
defensa pacífica sino que se ataca a quienes defienden ese derecho, qué quiere
la reacción?, que el trabajador baje su cabeza, que el trabajador sea
compenetrado por un espíritu de sumisión y de
esclavitud. El trabajador es como cualquier ser humano, un hombre digno,
y esa dignidad le hace responder con criterio no de violencia, sino de legítima
defensa a la violencia institucionalizada y a la violencia represiva, que
avasalla todos sus derechos. Una cosa que por los antecedentes que obraban en
los hechos de Córdoba impactó aún más los sentimientos, la emoción y la
conciencia de los trabajadores y del pueblo, fue que el mismo 15 de mayo cae
asesinado el compañero Juan José Cabral, compañero estudiante de Corrientes.
Ese asesinato en una manifestación en la cual los estudiantes correntinos se
dirigían a reclamar por el aumento del precio en el comedor universitario, ese
hecho, eso de comprobar, de ver ratificado en otro lugar el asesinato de un
compañero estudiante, tal como había pasado con Pampillón y prácticamente
con Aravena por una reivindicación, podríamos decir mínima, creó en todo el
estudiantado cordobés una solidaridad manifiesta que ya se había también
evidenciado en la solidaridad con los trabajadores mecánicos, cuando fueron
atacados en su asamblea. Y el gobierno como solución ante esa protesta de los
estudiantes dispone el cierre de la Universidad de Córdoba el 15 de Mayo. El día
16 de Mayo realizamos un paro general, todo el movimiento obrero, levantando
todas estas reivindicaciones que habíamos señalado y ya anteriormente los
compañeros metalúrgicos, por el problema de las quitas zonales, los compañeros
del transporte por el no reconocimiento de la antigüedad, los compañeros mecánicos
y el resto del movimiento obrero por el problema del sábado inglés habían
realizado paros parciales. El 16 de Mayo se dispone la realización de un paro
general que es absoluto, completo, que paraliza totalmente a la Ciudad de Córdoba.
El cierre de la universidad hace que los estudiantes lleven adelante nuevas
concentraciones y otro nuevo asesinato el día 18 de mayo, el compañero Adolfo
Ramos Bello en la ciudad de Rosario, en circunstancias similares, es otro mártir
de las luchas estudiantiles y populares. En Córdoba se hace una marcha de
protesta en la que intervienen trabajadores, estudiantes, sacerdotes del Tercer
Mundo. El día 20 de mayo, yo cruzaba la Avenida Colón, en el centro de Cba, un
patrullero me detuvo, me incomunicó, era la opresión, el avasallamiento de
todos los derechos evidenciado en todos los momentos y a toda hora del día. Una
niña, una estudiante secundaria, le tiraron una granada de gases y pierde un
ojo. Otro compañero, un estudiante de 17 años, Blanco, es también asesinado
por la espalda, un chico de 17 años
aprendiz metalúrgico y estudiante a su vez. Y todo va creando a su vez ese
clima, es el que por un lado con absoluta claridad, están las reivindicaciones
del pueblo, porque todo el pueblo es quien reacciona indignado ante esta serie
de atropellos y por el otro lado la acentuación del aparato represivo que ya no
trepida en atacar a mansalva las expresiones populares. El día 23 de mayo es
ocupado totalmente el Barrio Clínicas, que es un barrio de Córdoba casi céntrico,
donde están la mayoría de los estudiantes
que proceden de otros lugares. Los compañeros estudiantes de la
Universidad Católica que habían declarado 48 horas de reflexión para
considerar todo el clima, resuelven pasar de la reflexión a la solidaridad con
los estudiantes de la Universidad Nacional y acompañarlos en la lucha. El día
25 de mayo por proposición de los compañeros estudiantes, a mí me invitaron a
hablar en un acto de la universidad Católica
y fui y ese mismo día 25 –aniversario patrio- denunciamos todo este
estado de cosas. Y denunciamos a los consejos de guerra que se habían
instaurado en Rosario, y que habían condenado algunas personas. En el propio
patio de la Universidad y con el ferviente apoyo de los estudiantes, dijimos que
los consejos de guerra había que hacércelos a los monopolios, a los
explotadores que eran los principales causantes del drama que vivía el país y
que los militares que se sintieran identificados con el pueblo debían reconocer
la legitimidad de esas luchas. La claridad de estos objetivos,los postulados
fundamentales de la emancipación general del país y no condenar y reprimir
todas esas expresiones que eran las más genuinas y auténticamente argentinas.
Ese acto de la Universidad Católica concluyó con un contra discurso - digamos
así- del rector de la Universidad, el Reverendo Padre Storni, que fue abucheado
y silbado por los estudiantes, impedido de concluir en su disertación. Porque
defendía conceptos arcaicos o defendía formalismos para la liberación. Decía
que es preciso que el hombre se libere interiormente, que haga toda su mea culpa
y actos de constricción y toda la serie de actos que tiene que hacer para luego
recién pasar allá y tiene que ver que hacen los otros porque la Universidad
construye, fabrica dirigentes. Todos conceptos no aceptados por el estudiantado,
conceptos al servicio de los círculos minoritarios de las clases dominantes. El
día 26 de mayo hay un plenario general de la CGT con la identificación de
todos y por moción aprueba un paro activo de 37 horas, a partir de las 11 horas
del día 29 de mayo, con abandono de las fábricas, de la Universidad, invitando
a la población para que se concentre en el centro de la ciudad, frente a la
CGT. De esa manera evidenciar masivamente el repudio y la condena a toda la política
que se estaba llevando y la reclamación de medidas de naturaleza popular. Esa
resolución, aprobada por el movimiento obrero el 26 de mayo de 1969, esa
resolución aprobada por el estudiantado el mismo 26 de mayo, la adhesión de
una serie de instituciones a esa medida, que tenía día, que tenía hora, que
tenía lugares para concentrar a los compañeros que salían de las fábricas,
de la Universidad,etc. para ir a concentrarse frente a la CGT, demuestra que no
existió el espontaneísmo que se quiere adjudicar al “CORDOBAZO” para
quitarle la profundidad de su proyección histórica. El 29 de mayo a las 11
horas todas las fábricas, absolutamente todas y la Universidad abandonan los
lugares de trabajo y se dirigen encolumnados al centro. En el sentido pacífico
de ir a realizar una concentración, escuchar los pronunciamientos de sus
representantes, de elaborar la continuidad de la lucha para defender todo esto
que hemos relatado, que se sufría continuamente, realmente en carne y en espíritu.
El Gobierno ante esta tremenda acción del pueblo, resuelve que todo el
transporte haga una especie de cordón sobre el casco chico que se denomina
“la ciudad”. Y manda las fuerzas policiales para interceptar las columnas de
los trabajadores, que venían 7000 de Kaiser, 6000 de Fiat, 2000 de Luz y
Fuerza, de Perkins, de una serie de fábricas del complejo industrial, de
empresas de los Servicios Públicos, de los propios empleados de comercio, que
hacían llegar prácticamente a 100.000 los afectados por toda esta movilización.
Y la policía interceptó, no solo con bombas de gases, porque a las 11 comenzó
el paro, y marchaban los compañeros, todos hacia el centro, sino que atacaban
con balas a los manifestantes, y el documento que ha proporcionado la televisión,
lo prueba, y fue ahí que ese herido de muerte, con un balazo en el corazón, el
compañero Máximo Mena del Sindicato de Mecánicos. Y es a partir de ese
momento donde se desarrolló todo un proceso en el cual si podemos hablar en que
hubo espontaneidad del pueblo rodeando todo ese programa de reivindicaciones que
se había aprobado en el movimiento obrero y en el estudiantado. Otro compañero
más que había caído, la represión desatada violentamente contra el pueblo,
la represión desatada contra quienes defendían todos estos derechos que hemos
enumerado aquí. No eran las hordas, no eran los hunos, no eran los violentos y
los extremistas que porque sí, que por aficción al caos, que por aficción a
la violencia, acudían a Córdoba. Eran los trabajadores, los estudiantes,
atropellados en su derecho, violentados espiritualmente, reprimidos todos los días,
y reprimidos ahí con un compañero muerto, que reaccionaron ante la represión
y doblegaron a la policía e hicieron lo que todos conocen, ”El Cordobazo”,
y que determinó que por esa tremenda indignación del pueblo, de la cual
nosotros nos sentimos orgullosos y de la cual incluso se sintieron orgullosos,
lo manifestaron quienes sucedieron a Caballero, como el propio Gral. Carcagno (
interventor a la caída de Caballero) quien reconocía el coraje civil de un
pueblo.
Ellos
mismos sabían concretamente, aunque después hayan querido desnaturalizarlo,
que no había un objetivo en sí, ajeno a lo que es el humanismo, que es el
respeto al hombre, a la personalidad humana, a sus derechos. En defensa de ese
humanismo avasallado, en contra de esa arbitrariedad y de esa injusticia es que
el pueblo accionaba y por eso las amas de casa habrían las ventanas y a los
muchachos que hacían fogatas en el centro de la calle, les tiraban las sillas,
les tiraban madera para que tuvieran una exteriorización mayor.
Y fue así que luego intervino la Gendarmería,
intervino el Ejército, tomó la CGT, tomó el Sindicato de Mecánicos, el
Sindicato de Luz y Fuerza, se constituyó por decisión de Onganía tribunales
especiales militares en el término de 8 horas, fuimos juzgados sin
defensor, no se hacían imputaciones concretas de delito, sino que simplemente
se pretendía averiguar si uno tenía una conciencia a favor de la violencia o
no. Y se le manifestó por parte de muchos, que evidentemente nadie tenía una
conciencia a favor de la violencia, por la violencia en sí, o como objetivo de
la actividad humana, sino que era todo esto lo que había determinado una reacción
justa, una reacción heroica, una reacción digna de un pueblo, porque de no
haberse producido esta reacción ante todos los atropellos a que estábamos
sometidos, no era evidentemente un pueblo del cual nosotros podríamos estar
orgullosos, un pueblo del cual nosotros podríamos confiar para construir un
futuro digno para nuestro país. Y luego vinieron las condenas que aislaron a
una serie de compañeros, que nos aislaron del contacto directo con los
trabajadores, que nos llevaron a miles de kilómetros, y así demostraron que no
era una cuestión de una u otra persona lo que pasaba, porque las decisiones
continuando las luchas, la siguió ejerciendo la base, la siguió ejerciendo
distintos representantes auténticamente identificados con esas aspiraciones. Y
tanto es así que estando presos los supuestos responsables personales de todo
el caos, el 17 y 18 de junio, Córdoba realiza un nuevo paro activo, donde se
demanda la libertad de los presos y donde se demanda el respeto a toda esta
serie de cuestiones. El 1 de julio en Buenos Aires, también se lucha, se
decreta un paro activo de orden nacional; otra vez el paro activo. El 30 de
julio, nuevamente un paro activo completo. El 27 de agosto otra vez otro paro.
El 16 y 17 de septiembre otro paro, el 1 y 2 de octubre cuando en todo el país
ya esa toma de conciencia, esa necesidad de luchar, que había sido
ejemplificada en el Cordobazo, abarcaba todo el país, la comisión de los
traidores, la comisión de los 20, negocia el levantamiento del paro, lo negoció
al pie de Onganía, a los pies de su propia dignidad, de su desvergüenza y una
vez más frustró una medida reivindicativa de toda la clase trabajadora, que
iba a lograr frutos con respecto a los derechos que nosotros reclamábamos.
Pero, aún así, con esa frustración el 1 y 2 de octubre, Córdoba paró
nuevamente la ciudad el 29 y 30 de octubre. Y con toda esa lucha, por la lucha
del pueblo, se decretó para los condenados por los tribunales militares una
amnistía en el mes de diciembre de 1969, que nos permitió a nosotros, no la
amnistía sino esa lucha de toda esa masa con paros activos, con cesantes, con
presos, que nos permitió a nosotros recuperar la libertad y así lo dijimos
cuando regresamos a Córdoba. El primer grito para ratificar todas nuestras
cartas desde la cárcel, que era continuar con la lucha por la defensa de
nuestros derechos, el primer grito ante los compañeros que nos recibieron, que
fueron varios miles en Córdoba, fue “ABAJO LA DICTADURA Y CONTINUAMOS LA
LUCHA”.
Y continuamos con todo organizado, tomando medidas
para que cambiara el régimen, para que cambiara la política, y organizamos
para el 31 de enero la reunión nacional de la oposición en la cual no se
trataba de hacer una componenda, un contubernio político viejo o nuevo, sino
que se trataba de aglutinar a todas las fuerzas populares que sin distinción de
religión, de partidos políticos, de sexo, etc, fueron golpeados por toda esa
política para actuar contra esa política. Y denominamos esa reunión: Reunión
Nacional, Popular, Reunión Sindical y popular por la justicia social y la
liberación. Y quienes en un principio creían que iba a fracasar, boicoteada
desde afuera y boicoteada también desde adentro, tuvieron que prohibir esa
reunión que tenía comprometido más de 3000 asistentes, en representación de
las luchas del pueblo argentino. Porque tanto como venían compañeros de los
Ralos de Tucumán, como venían compañeros ferroviarios del F.C.G.Roca, venían
compañeros del Chocón, compañeros de distintas organizaciones estudiantiles y
no se pretendía con eso hacerle una salida al sistema, ni darle una posibilidad
más a Onganía, sino unir a todas las fuerzas combativas, a las fuerzas que
comprenden incluso muchos de ellos que no lo hubieran comprendido antes, la
necesidad de la UNIDAD DE TODOS PARA PODER SALIR ADELANTE. Y como tuvo una gran
repercusión fue prohibida y la institución en la cual se iba
a realizar fue intervenida y fue tomada por la policía y clausuraron
seis manzanas del Barrio Gral. Paz, donde se iba a hacer esa reunión. Y por
decisión de la policía se dio una serie de capturas. El teniente Coronel
Romanutti, Jefe de Policía de Córdoba, dijo públicamente que habría un
intento de asesinato ,que iba a ser asesinado en este caso yo, dando el nombre y
un sacerdote del Tercer Mundo. Lo que motivó a que yo hiciera una denuncia a la
justicia planteando de que si el Jefe de Policía, que decía conocer que me
iban a asesinar, no aportaba las pruebas, estaba incurriendo en violación de
sus propios deberes. Estaba
encubriendo un intento de asesinato que él conocía, que él tenía datos que
se iba a materializar. Entonces acudí a la Justicia e hice la denuncia al Jefe
de Policía para que fuera a dar
los datos de quienes eran los que intentaban asesinarme, que fue ampliamente
publicitado en Córdoba y salió algo en La Razón y en otros diarios
nacionales. Pocos días después un comando vinculado indudablemente a la reacción,
atacó nuestro Sindicato, hizo fuego, ocho disparos, hirió a dos estudiantes y
se dieron a la fuga. Esto motivó que el Gobernador Huerta dispusiera la
clausura del Sindicato. A nosotros compañeros, que habíamos recibido a los
compañeros estudiantes que luchaban contra el test maldito, como se lo denominó,
a este test limitacionista, a nosotros que nos habían disparado armas de fuego,
a nosotros nos clausuraban y no se conocía nada de quienes habían incurrido en
ese, aunque vandálico, con ese ataque armado, pero parecía que los
responsables eran los trabajadores, era el Sindicato de Luz y Fuerza, eran los
estudiantes universitarios y se nos clausuró el 4 de febrero. La razón era
nuestra activa participación en la promoción de la reunión del día 31. Era
nuestra indoblegable actitud en defensa de nuestros derechos. Era que no le habíamos
agradecido a Onganía el que nos diera una amnistía, que nos dejara en
libertad, porque sabíamos que a él nada teníamos que agradecerle, sino a los
trabajadores de las bases, los estudiantes, la gente, que eran quienes habían
luchado realmente, y el 5 de febrero Onganía dictó una ley por la cual
intervino nuestro sindicato por disposición del Poder Ejecutivo Nacional,
fundamentado en el famoso artículo 3 del Estatuto de la Revolución Argentina.
Sindicato que aún continúa intervenido por esa ley con el mismo interventor
que designó Onganía, único sindicato en el país que no ha sido normalizado
por el régimen, aclarando que en la mayoría de las normalizaciones han
existido fraude, prescripciones, etc. Pero por la concentración de compañeros
en un solo lugar, en una sola ciudad, por la conciencia de esos mismos compañeros,
por la solidaridad que recibimos de todo el pueblo de Córdoba, fue imposible al
Interventor instrumentar una oposición resuelta por los trabajadores, fue
imposible copar a los propios trabajadores llevándoles el Sindicato, y de ahí,
de ese 5 de febrero, con la misma dirección que tenía antes y con el
financiamiento de las actividades por parte de los compañeros, que además de
pagar lo que tienen que pagar al sindicato, aportan voluntariamente a la dirección
sindical en la resistencia. Ahí nació la dirección sindical en la resistencia
que continúa trabajando, actuando, continúa en la CGT de Córdoba, reconocida
por la CGT, luchando por lo mismo que ha luchado antes, y ratificando la
necesidad de continuar en el futuro la lucha. Esa intervención que significaba
aparentemente frenar la lucha en Córdoba, porque el Ministro o el ex ministro
Imaz decía que ahí estaba la instigación principal, ahí estaba el centro de
los desórdenes, de los disturbios, no paró la lucha, porque cuando poco tiempo
después la patronal Kaiser en la seccional de matricería, denominada Perdriel.
Intentaba trasladar a 4 compañeros
que eran candidatos delegados y frustrar así la posibilidad de elección de los
trabajadores, se levantan los compañeros, toman la fábrica y logran una solución
después de 4 días en los cuales se restituye a su lugar de trabajo a esos
compañeros y luego que se vote si salen o no elegidos, se permite el traslado
que plantea la fábrica. Cosa que es tomada por la lucha que hicieron con
sentido heroico, pero también en defensa de la voluntad soberana de las bases,
de los trabajadores, fue la lucha de los compañeros en el Chocón que llevó a
todo el país esa conciencia que no se admiten salvo por la fuerza a dirigentes
traidores y conciliadores como Rogelio Coria, tan usurpador como Onganía o
Levingston de la voluntad popular en el sentido de la voluntad de los
trabajadores en sus gremios. Y viene luego de esto la tremenda represión que se
ejecuta contra los compañeros de la Facultad de Ingeniería, en la cual le
pegan con cadenas, por la cabeza a los compañeros y compañeras estudiantes.
Que en una sola mañana llevan 1500 presos. No había lugar donde ponerlos en
las seccionales de policía. Se desató un escándalo, que el diario La Razón
mandó un avión para tomar fotografías de inmediato, donde compañeros están
tirados, desmayados al pie de los ejecutores de la represión. Y el 29 y 30 de
mayo que se nos prohíbe se nos declara absueltos en Dinfia, una entidad del
Estado, que agrupa a 10000 trabajadores realizamos una concentración de 20000
personas en la Ciudad de Córdoba en homenaje al compañero Máximo Mena y en
homenaje al compañero Pampillón. La concentración es en el lugar donde ha caído
Máximo Mena. Y resulta que pocos días después como producto de toda una
conmoción de distintos hechos que se dan en el país, pero fundamentalmente por
esa rebelión que se plantea en el pueblo argentino, después de casi 4 años de
ejercicio autocrático del poder, la Junta de Comandantes se da cuenta que Onganía
quiere llevar al país por un camino que está en desacuerdo con las tradiciones democráticas, republicanas,
representativas y federales de nuestra nación. Después del intento
neocorporativista de Caballero, después
de la instrumentación de los consejos comunitarios en la Provincia de Buenos
Aires por el Gral. Imaz, después de todo esto, cuando ya Onganía,
evidentemente no era más una garantía y levantaba la reacción del pueblo es
destituido por una serie de cargos entre los cuales uno lo denominan eufemísticamente
“autocracia” y que nosotros en el sentido popular más simple, más
sencillo denominábamos “dictadura personal, arbitraria, autoritaria”. Y es
reemplazado Onganía, lo que evidentemente es un producto de la lucha del pueblo
y que significa no un cambio en la situación pero sí la eliminación y ese es
el sentido particularmente podríamos decir así, positivo, de la arista
corporativista más peligrosa en que estaba planteado por su mismo concepto de
importancia por 20 o 30 años en el poder. Concepto que su discípulo, que su
delegado en la Provincia de Córdoba, Carlos Caballero había expresado con
tanta sinceridad, en aquella frase que reprodujo el diario Los Principios y que
recién comentáramos. El día 4 de junio, nuevamente se planteó una orden de
captura contra tres compañeros. Entre ellos dan una orden de captura para
colocarme una disposición del poder ejecutivo y va la policía y en busca de mi
domicilio, en mi trabajo. Tuve lógicamente que ausentarme del lugar de trabajo.
Estuve 20 días con la orden de captura, la ratificó el titular de Defensa
Interino del Interior en una Conferencia de Prensa en Córdoba el Dr. Cáceres
Monié y uno de ellos o uno de los que estaba señalado, el Dr. Curuchet asesor
de distintos sindicatos en Córdoba cuando hacía espera representando o
asesorando a los compañeros del SITRAC, ( Sindicato de Trabajadores de Concord
Fiat) un patrullero lo detuvo y lo trajo aquí a Buenos Aires. Luego se deja en
suspenso, se levanta al menos no se ejecuta esta orden de detención a partir de
20, 21 de junio próximo pasado. Quiero tratar de contribuir
en el sentido de una visión general de las causas que produjeron estos
hechos tan importantes y de nuestra situación actual, queríamos señalar
nuestro juicio respecto del cambio de hombre realizado como producto de la
reasunción del poder por parte de los tres Comandantes en Jefes de las Fuerzas
Armadas. Onganía ratificó lo que ha demostrado la historia muchas veces y lo
que una frase célebre ha puesto en vigencia
“las bayonetas sirven para muchas cosas menos para sentarse sobre
ellas” Esto es lo que le pasó a Onganía y eso es lo que en definitiva le va
a pasar a todos los que se sienten sobre la bayoneta, dejando de lado la auténtica
representación de los intereses del pueblo. Y hoy se ha reivindicado o se
pretende reivindicar lo que durante cuatro años fue atacado, lo que durante
cuatro años fue declarado fuera de la ley ,fuera de la historia y sin ningún
tipo de perspectiva. Hoy el gobierno se llena la boca y permanentemente repito
que hemos de volver al sistema republicano, representativo y federal. Pero la
cuestión no está en la simple afirmación de que hemos de volver, sino que
planteando la cosa al revés y sin ningún tipo de vergüenza
que esto va a ser en un plazo no corto como lo he señalado personalmente
al presidente de la Nación. Nosotros en un reportaje en el diario Córdoba, pedíamos
que se nos posibilitara el análisis de la diferencia entre lo que es largo o
muy largo y lo que es no corto, simplemente un cambio en las palabras:
simplemente un cambio de palabras para seguir con la misma política tal como en
particular fue ratificada por el nuevo Ministro de Economía, el Dr. Moyano
Llorens. Esto tal cual lo hizo el 13 de marzo de 1967 Adalbert Krieger Vasena,
hoy plantea una devaluación que nos vuelve a quitar súbitamente un fuerte
porcentaje de la capacidad adquisitiva de nuestros salarios, una devaluación
que por nuestras palabras de trabajadores sino por las propias palabras de
entidades empresarias como han sido los congresos regionales de la CGE como ha
sido el pronunciamiento de la Federación Económica de la Capital Federal,
devaluación que acentúa el proceso desnacionalizante del patrimonio nacional.
Indicado específicamente por los propios empresarios como que la importación
de las manufacturas, son la importación de la mano de obra exterior y con la
importación de la desocupación porque lo que trabaja aquel que no está en el
país es el mismo trabajo que le quita al argentino que quiere trabajar y que
puede producir esos bienes. Y además atenta contra la deuda externa levantándola
en ese mismo porcentaje del 14,3% de
la devaluación y que por lo tanto al incidir en los costos de la producción
en el nivel de vida y acentúa el costo del nivel de vida. Desmintiendo
al propio Moyano Llorens y a los teóricos de que estas medidas se mueven
solamente en el papel o en el esquema exclusivamente monetario. Y así se
ratifica y se reincide en una política antipopular, en una política
antinacional, en una política desnacionalizante, en una política que es el
centro, la cuestión fundamental para afrontar como posición
de nuestro país, el enfrentamiento ante la penetración imperialista,
esto la penetración de monopolio, de ahí que nosotros ratifiquemos aún con
diferencias no sólo de conceptos, sino de situación social y económica como
puede ser la del trabajador y la del empresario nacional que en ese aspecto
podemos hacer una acción común enfrentando ese tipo de penetración para dar
luego o simultáneamente, toda una serie de medidas que nos permita salir
adelante. Al mismo tiempo que se ratifica la política en el sentido económico,
el mismo mérito reside a los participacionistas para tratar de consolidar una
CGT representativa, fuerte y no sé cuantas condiciones más quieren asignarle
los representantes usurpadores de la oligarquía. Y se realiza el Congreso de
normalización, cuando todos conocemos los problemas que vive el pueblo
argentino, cuando todos conocemos los problemas que vive la clase trabajadora,
toda la tarea de los delegados sindicales se reduce a las componendas, se reduce
a distribuir los cargos que tanto los participacionistas que tanto los otros que
tanto las 62, que tanto los independientes pero en ese congreso no resonó una
voz señalando el problema de la carestía de la vida, el problema de la
desocupación, el problema de la represión, y se omitió reclamar una cosa que
todos los argentinos deben reclamar: el respeto al derecho, a sus libertades, se
olvidaron de reclamar el levantamiento del estado de sitio, se olvidaron de
reclamar la derogación de la pena de muerte, se olvidaron de reclamar el
respeto a la voluntad soberana del pueblo, para que todos los argentinos puedan
acceder a un nivel de vida adecuado.
Cambios
de estructura que nosotros sabemos que son y que pueden hacerse si el pueblo
lucha en común, cambio de estructura que significa reemplazar la actual
estructura de la dependencia, del sometimiento, de la frustración de nuestro país
por una estructura acondicionada al respeto de los derechos económicos,
sociales y políticos y culturales del pueblo argentino. Estructura que en
nuestro país suministra datos dramáticos que toca la sensibilidad de toda
persona que se sienta mínimamente solidario con el ser humano. Estructura que
denuncia por ejemplo, por la comisión de acción social del episcopado
argentino y permite algunos datos. Denuncia lo siguiente: los índices de
analfabetismo en nuestro país registran 3,1% en la Capital; 5,6% para Buenos
Aires; 21,1% para Corrientes; 21,2 para El Chaco; 24,2% para Jujuy. El cambio de
estructura en el sentido de la educación es que en el país no haya
analfabetos, que se computen en Capital Federal, 3,1% de analfabetismo absoluto,
mientras que en otras zonas del país viven argentinos, lo mismo en la Capital
Federal, tengamos como en El Chaco un 21,2% o como Jujuy un 24,2% que la deserción
escolar –que cada vez se acentúa más a pesar del avance de las técnicas de
la pedagogía, a pesar del avance de los estudios de cómo educar mejor al
hombre- indica que en el ciclo primario en la Capital Federal alcanza al 35,8%
en niños que no llegan a cumplir todo el ciclo primario, al 41,1% en Bs.As. y
al 85,9% en el Chaco. El cambio de estructura son las medidas para que en lugar
de un alto porcentaje de analfabetos y un dramático porcentaje de niños que
desertan de la escuela puedan cumplir su ciclo primario de educación. La
mortalidad infantil muestra un 40 por mil en
la Capital, un 52 por mil en el Chaco. La mortalidad infantil por problemas de
desnutrición y por falta de asistencia médica, todo ello se ubica también con
la preservación de la salud del trabajador, la relación del número de
habitantes por médico en nuestro país, tomamos 237 médicos en la Capital
Federal por 1000 habitantes. Tenemos 1149 habitantes por médico en Bs. As. ,
tenemos 2156 habitantes por médico en Corrientes, tenemos 2394 habitantes por médico
en el Chaco. Tenemos el problema de la vivienda que se da la cifra total de
2.500.000 viviendas en el país y se señala que un tercio de la población
urbana se halla mal alojada y que relacionado con el problema de la vivienda en
sí tenemos como factores indicadores del desarrollo, como le llaman ellos, que
hay una disponibilidad de agua corriente en las viviendas en un 99,3 de los
casos en la Capital; el 41,6 en el Gran Buenos Aires, el 58,8 en Córdoba, el
30,5 en Formosa, el 20,2 en Misiones, el 17,3 en Chaco.
Se
estima también que 180.000 familias habitan en las villas miserias en las
principales ciudades. Otro dato como la producción de energía eléctrica
por habitante indica un sentido decreciente de utilización, de producción
en el país.
Tenemos
el problema de la tenencia de la tierra cuyos índices dados por la Comisión de
Acción Social del Episcopado Argentino, señalan que el 1,2% de los
propietarios rurales posee el 47% de la superficie cultivada total y en el otro
extremo un 38,4% de propietarios tienen un 2% de la superficie cultivada total.
Y que es el cambio de estructura, es la eliminación del latifundio, es la
reforma agraria al servicio del país.
Tenemos
la Distribución del ingreso neto nacional, los asalariados que significa el 75%
de la población activa, perciben el 45% en tanto que los dueños del capital
y de las empresas perciben el 55%. Hace 20 años la relación era
inversa. También aquí debe estar el cambio, en la redistribución de la renta
nacional de forma de asignar al sector trabajo la justa proporción que le
corresponde en lugar de otorgar a quienes trabajan menos, a quienes ponen las
manos, mayores porcentajes, mientras son más quienes trabajan más y reciben el
menor porcentaje de la distribución de la renta nacional. Y aquí tenemos otros
datos que sería largo de enumerar pero que en definitiva dan la pauta del grado
de dependencia, del grado de deformación estructural que tiene nuestro país y
nos atañe a nosotros como visión para resolver los problemas que los resortes
fundamentales de la economía, en una economía planificada deben estar en poder
del estado, el régimen bancario, el crédito deben estar en poder del estado en
lugar de procederse a la desnacionalización paulatina de los bancos y de las
empresas. Debe acentuarse la nacionalización en la posesión de las empresas
que en el régimen del comercio exterior, que sometido a la política del
comercio internacional de los monopolios, nos crea un severo deterioro de los términos
de intercambio, que nos crea un condicionamiento a la política general de esos
intereses, se haga al servicio del país, que en definitiva, la educación
primaria, la secundaria y la capacitación por vía de la Universidad sea en una
Universidad abierta al pueblo, en una Universidad que capacite en función de
las necesidades del desarrollo de nuestro pueblo. Eso es para decir algunas
cosas que son muy importantes, que sean fundamentales
en el cambio de estructura por el cual debemos luchar, y el sentido de la lucha
por la liberación está dado en que esa estructura está sostenida por los
monopolios para financiar su propia producción, para encuadrarla dentro de su
propia producción y no compartir con el resto de producciones de cualquier
empresa, está el Banco Mundial que le presta
90 millones de dólares a SEGBA pero que le señala bajo supuesto interés pequeño
del 4,5% ó 6% como debe comprar, los monopolios que son la base del Banco
Mundial. En el Banco Interamericano de Desarrollo que entendiéndose como
organización financiera continental también está al servicio de los
monopolios, en la lucha contra las imposiciones del Fondo Monetario
Internacional, que es quien predica, que es quien impone la política de
estabilidad, la política inminentemente monetarista e impide nuestro
desarrollo, que nos crea la estabilidad de
la miseria, de la frustración y de la dependencia, que es en
lugar de un gobierno que hoy pregona que es de conciliación nacional,
que hoy pregona que es una alianza donde están todos los sectores. Hay un
gobierno representativo del pueblo, un gobierno que nosotros no decimos que es
nido de alianzas de conciliación, decimos que es un gobierno continuador del
anterior, compuesto por usurpadores, compuesto por desertores y compuesto por
oportunistas al servicio de la reacción.
Que
tengamos los objetivos bien claros, que no respondan a todas las imputaciones
,que para descalificarnos realizan esos organismos antipopulares, esos
funcionarios al servicio de la oligarquía, de la reacción y de los
monopolios. Porque nosotros queremos construir un país de los argentinos y para
los argentinos y sabemos que para que sea así, que sea de los argentinos y no
de los extranjeros, es que tenemos que hacer todos estos cambios profundos. Y
como sabemos que para hacer esos cambios profundos no nos hemos de enfrentar con
quienes han de dejar voluntariamente sus puestos, sus políticas explotadoras,
es que predicamos la unidad de todos los que están afectados
en esta nación y que el campo de la lucha por las reivindicaciones está
dado en una serie de escenas, no una sola escena, la lucha se plantea en el
sindicalismo, se plantea en el estudiantado, se plantea por las fuerzas cívico
populares, se plantea por muchos sacerdotes del Tercer Mundo, se plantea de
distintas maneras, en distintas escenas y sólo debe merecer a nuestro juicio,
el respeto de la identidad, al menos en los objetivos de redención humana que
tiene porque recordamos para volver a ese hecho histórico del cordobazo, que
cuando el compañero luchaba en la calle, que cuando el compañero acudía a las
concentraciones, que cuando el compañero era reprimido no se destacaba porque
tuviera un rótulo que dijera: el compañero es peronista, el compañero es
radical, sino que a todos ellos, todos nosotros nos sentimos identificados en
ese momento con una lucha altamente humanista, con una lucha que por ser
humanizada exige el sacrificio de la perseverancia, la paciencia, la no
desesperación, el no entrar en el aventurerismo para poder salir adelante. De
ahí, que en ese hecho del compañero, que tiene una identidad común, la de
luchar, la de querer mejorar las cosas, la de respetar al hombre como hombre,
como sujeto de la historia no como objeto de la explotación, como mercancía,
como ser maquinal y frustrado, en esa identidad, en la lucha que se ha dado en
la práctica, de ella nosotros sacamos la inspiración para seguir sosteniendo
la misma idea aunque otros compañeros entiendan que el proceso es distinto,
nosotros creemos que el proceso es de acción común, es de unidad en la lucha.
Está contenido en el Manifiesto del 1 de mayo de 1968, que es de los
trabajadores, que es de los estudiantes, que es de los profesionales
que tampoco encuentran trabajo o que cuando encuentran también
son explotados, que es de los Sacerdotes del Tercer Mundo, que
es de las empresas que son penetradas por el Imperialismo, que es de
todos los argentinos de cualquier condición, de hombres y mujeres que quieren
construir un porvenir, que se sienten hermanos de aquél que en el Chaco es
analfabeto, que se sientan hermanos de aquella madre que pierde a su hijo por
desnutrición, que se sientan hermanos del compañero que es desocupado
queriendo trabajar porque los monopolios que nos mantienen en el subdesarrollo
nos impidan construir nuestra sociedad. Con esos queremos trabajar como hermanos
y de eso queremos que se entienda que es la unidad, una unidad que no persigue
que el compañero deje de levantar su bandera de peronista, de radical y no
persigue que deje de ser católico o de ser musulmán, que no persigue que deje
de ser de Boca o de River, lo que se persigue es que, se ponga como dijimos en
la CGT de los Argentinos, por sobre esa camiseta que es respetada, la camiseta
fundamental, que es la camiseta argentina que nos permitirá la redención y el
cumplimiento de los objetivos que como movimiento obrero y como pueblo nos
trazamos.
Nota:existe una publicación
parcial de este discurso en la revista Inédito(Septiembre de 1970),que se
encuentra en el archivo del Senado de
la Nación.
También escribió un artículo sobre el mismo tema en la
Revista “Enfoque”(Junio de 1970) donde reitera estos conceptos
y que se conoce mas por la frase que él hizo famosa de: “estalló la
caldera” y que fuera publicado en el libro Agustín Tosco-Presente en las
luchas de la clase obrera(Abril-1984-Ed.Lanot).Como así también publicado en
la colección: Hechos y Protagonistas de las Luchas Obreras Argentinas.(Agosto
de 1984-Ed.Experiencia)
Hemos respetado la puntuación y la gramática original de
la desgrabación.