27 de Septiembre de 1974

ELECTRUM Córdoba Nº 470

 

SOLICITADA: ANTE UNA AMENAZA DE MUERTE

 

A la clase obrera y al pueblo:

 

En el diario “Mayoría” de la Capital Federal del día de ayer –cuyo recorte se adjunta en fotocopia- se ha reproducido un comunicado de la denominada “AAA”, por el que, nuevamente se me amenaza de muerte.

La “argumentación” que ahora esgrime esa organización terrorista fascista, es por haber yo asistido al sepelio del doctor Alfredo Curuchet, en representación –dice- de “altos cargos” que ejercía “en los comités político y militar del ERP”.

Esta falsa imputación persigue “justificar” un secuestro o atentado que termine con mi vida. Sería más difícil para las “AAA” difundir que el propósito de eliminarme es por todo un esfuerzo sin pausa y sin claudicaciones al servicio de la clase obrera y del pueblo trabajador en el campo sindical y por una permanente práctica y convocatoria a la amplia unidad de las fuerzas obreras, populares, democráticas, progresistas, revolucionarias, sin cuyo concurso será imposible defender la plena vigencia de los derechos humanos y recorrer el camino que nos lleve a la total y definitiva liberación nacional y social argentina y latinoamericana.

No es la primera vez que se me amenaza, ni será la primera vez que se intenta asesinarme. Ya el 16 de julio del año pasado un grupo de quince personas fuertemente armado, en medio de intenso fuego, quiso copar el local del sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba y “ejecutarme”, según lo había anticipado 48 horas antes un comando clandestino. La decisión y valentía de un conjunto de trabajadores del gremio, impidió se consumara tal objetivo.

Hace dos semanas, estando en Buenos Aires y luego de salir de la Federación Gráfica Bonaerense, dos vehículos civiles con varios individuos adentro al menos intentaron aparentar aparearse al que yo ocupaba con otros compañeros, siendo de inmediato bloqueados por otros de nuestra delegación sindical que nos acompañaban. Al día siguiente fue secuestrado y asesinado el compañero Alfredo Curuchet, que también había estado en la Federación Gráfica Bonaerense. Seis días después secuestraron y asesinaron al compañero Atilio López y al contador Juan Varas.

Se también que la semana pasada fui buscado en Tucumán, cuando llevamos la solidaridad a la justa lucha de la Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera, FOTIA. Antes de nuestro regreso a Córdoba se hizo circular el rumor, que llegó a conocimiento de varios periodistas, que se había atentado contra mi persona y que, incluso, había sido muerto.

A todo esto se añade ahora la nueva amenaza de las “AAA”. Resulta altamente sugestiva la frase “una vez efectuados arreglos menores será ejecutado”. ¿Será que, efectivamente, ya hubo intentos anteriores que fallaron por “desajustes”?

Formulo esta denuncia ante la clase trabajadora y el pueblo porque entiendo que es mi elemental deber hacerlo. Para que nadie dude, si algo llega a suceder, quienes son los responsables y por que se intenta eliminarme.

De todas maneras la rueda de la historia no se detendrá. Por más atentados, secuestros o asesinatos que consumen los mercenarios de la reacción y el privilegio, de la oligarquía y el imperialismo, instrumentos de un minúsculo fascismo redivivo, las masas laboriosas y el pueblo trabajador seguirán luchando y construyendo inexorablemente una sociedad más justa y más humana.

Seguiré estando al servicio de esa gran causa. Cumpliendo el mandato de mis compañeros y defendiendo los derechos políticos como ciudadano, comprometido siempre con los ideales obreros, populares y democráticos.

Es mi deber y ese deber lo cumpliré, sea cual fuere mi destino.

 

AGUSTÍN J. TOSCO

 Secretario General.