20 de Diciembre de 1973

“El Mundo”  

EL COLABORACIONISTA OTERO 

Escribe: Agustín Tosco 

Hace pocos días, Ricardo Otero, elevado al rango de Ministro de Trabajo de la Nación por el Gobierno Constitucional, pronunció un discurso altamente provocador en la ciudad de Rosario, al inaugurar una escuela sindical de la Unión Obrera Metalúrgica.

Podría pensarse que un Ministro de Trabajo de la Nación, en un acto de tal naturaleza, daría una clase, una verdadera conferencia sobre sindicalismo, sobre el mérito de la lucha de los trabajadores, sobre su derecho a una vida mejor, sobre el papel protagónico del movimiento obrero para lograr el imperio de la justicia social, sobre los grandes objetivos de las masas laboriosas y demás sectores populares para la construcción de una sociedad más justa y más humana, sin explotados ni explotadores, sin miserias y privilegios. Sin embargo no fue así. El discurso de Otero no se quedó en lo pedagógico, ni simplemente en lo polémico; fue agresivo, insultante, indigno de un funcionario de tal jerarquía. Es por ello que merece una respuesta y en este comentario refutaremos las expresiones más reaccionarias vertidas en la insólita inauguración de una escuela sindical el 15 del corriente mes.

LA DEFENSA DEL PACTO SOCIAL

El comúnmente llamado “pacto social”, bajo el pomposo título de Acta de Compromiso Nacional, tuvo cerrada y dogmática defensa por parte del Ministro de Trabajo. Y a pesar que en el mismo está contenido un vago precepto de redistribución de la renta nacional, de esto evidentemente no habló Otero. Sí habló, explícitamente, de mantener congelados los salarios, de no convocar a las paritarias, de no hacer lugar al reajuste de las remuneraciones que está contenido como un derecho específico en las cláusulas de la totalidad de los convenios y que debería operar a fin de año, es decir prácticamente dentro de dos semanas. Esta es una conquista lograda con el sacrificio y la lucha de los trabajadores, conquista que un ministro, que pretende representarlos, defiende no en su vigencia sino en su caducidad, producida por el “Pacto Social”, y en cuya derogación nada han tenido que ver los trabajadores, sino que se hizo a sus espaldas y contra sus derechos e intereses por “automandato” de la burocracia enquistada en la conducción de la CGT Nacional.

¿Por qué el Ministro no habla de hacer valer el derecho de discusión de los convenios? ¿Por qué convalida la derogación de esa cláusula? ¿Por qué pretende convertir en letra muerta lo que sí, efectivamente, han “pactado” los trabajadores en la anterior discusión de los convenios colectivos de trabajo? ¿Y qué dice el ministro ante las cada vez más numerosas denuncias de los mismos? ¿Qué dice de esa verdadera expresión democrática de las bases?

LA PENETRACION DE LOS “IMPERIALISMOS”

Otero dijo en Rosario que la penetración de “los imperialismos”, hoy está expresada, por quienes reclaman cincuenta mil pesos viejos de aumento. Esta es la nueva “penetración sutil”, como la calificó. Con esta reaccionaria postura el ministro hace un flaco favor a los trabajadores y le hace una gorda concesión a las patronales, en particular a las patronales imperialistas, que seguirá embolsando esos cincuenta mil pesos mensuales por cada trabajador, mientras éstos deberían arrepentirse de haber intentado servir así a los pobres “imperialismos”.

En lo que hace a la “inflación importada”, que parece que hace abultar los costos de producción y por ende los precios, ya que en el “Pacto Social” las patronales no tienen por qué absorber esos mayores costos, eso se va a estudiar, se evaluará debidamente, para analizar si en el futuro también puede considerarse un microscópico aumento para compensar la pérdida del valor adquisitivo de los salarios. ¿Y la redistribución de la riqueza de que habla el propio Pacto Social? ¿Sabe acaso el ministro que eso, aún en el supuesto de que se mantuvieran los precios inamovibles, sólo es posible mediante un aumento de salarios? De eso no habló Otero; tal vez tema, él también, si habla de una redistribución de la riqueza por la lógica vía del aumento de los salarios, incurrir en la sutileza de favorecer la penetración de “los imperialismos”.

LA “INFILTRACION” EN LOS GREMIOS

“Debe preocupamos más la infiltración en los gremios que en la Universidad. En cuanto al rector los llama (a los estudiantes) diciéndoles “doctor”, se terminan los revolucionarios.” Así, con todo desparpajo, espíritu macartista y desprecio, Otero se refirió al tema de la “infiltración” y de la actitud de los compañeros estudiantes.

Hace poco tiempo, ante la difusión de “documentos reservados”, de campañas de “depuración ideológica”, de preservación de “purezas doctrinarias”, las autoridades oficiales del partido gobernante señalaron que ello no era para el país ni para las instituciones vigentes, sino para el propio partido al que estaban destinadas. Mas según la preocupación macartista de Otero, ahora todo llega también para los sindicatos que objetivamente pertenecen a la clase trabajadora y a ningún partido en particular. Resulta claro que todos los compañeros que no se sometan a las concepciones claudicantes y entreguistas de la burocracia, son “infiltrados”, y por ende habrá que “depurarlos”.

Este enfrentamiento a la “infiltración”, esta campaña “depuradora”, estuvo destinada especialmente a los compañeros peronistas combativos y por consiguiente a la amplia gama de compañeros no peronistas que actúan en los sindicatos con espíritu unitario, con conciencia de clase, con objetivos de Justicia Social y Liberación Nacional. La Juventud Trabajadora Peronista fue colocada una vez más, ante la fulmínea “excomunión” del Ministro Otero. El insulto de “idiotas útiles” corroboró la anterior intervención de otro participante del evento —el vicegobernador de Santa Fe Félix Cuello— que los había calificado como “caballeros de la mesa servida”. La alocución inaugural de esta singular “escuela sindical”, se centró entonces fundamentalmente en expresiones reaccionarias, de agravios y de insultos a todos los luchadores del pueblo, a militantes sindicales y estudiantiles.

ERNESTO “CHE” GUEVARA

En toda esta suma de imprecaciones de Otero no podía faltar la ofensa gratuita al eminente revolucionario argentino y latinoamericano Ernesto “Che” Guevara. “Pretenden llevar a los actos públicos las fotografías del ‘Che’ Guevara, como si este renegado pudiera sustituir a Perón”,  gruñó el Ministro de Trabajo. Otero debería recordar que el propio General Perón habló y escribió respetuosamente y con admiración sobre el “Che”. Mas su infame calificativo no mengua la gloria de Ernesto Guevara, reconocido y reverenciado por todos los hombres y mujeres de la tierra que trabajan y luchan por la liberación, por la construcción en sus respectivos países, de la gran Patria Socialista.

BUROCRATA CON MENTALIDAD FASCISTA

Otero en su discurso inaugural de la escuela sindical no evidenció en definitiva otra cosa que su condición de burócrata con mentalidad fascista. Esto no le viene de ahora, ya que le es específico de una larga trayectoria de colaboracionista con distintos regímenes que usurparon la representación popular en nuestra Patria. Los dieciocho años que alega de “resistencia” no le trajeron mayores incomodidades, en particular con la mal llamada “revolución argentina”. Pruebas tenemos y abundantes para de mostrarlo. Pero no hace mucha falta. Con leer todo lo que se ha reproducido de su discurso es más que suficiente.

Claro está que las expresiones de Otero tienen su razón de ser. El movimiento obrero, todas sus expresiones combativas, con los compañeros peronistas, radicales, socialistas, cristianos, comunistas y de otras ubicaciones partidarias o ideológicas, están en lucha por la defensa de sus derechos y por la recuperación de sus sindicatos copados por la burocracia.

La convocatoria de un gran Plenario Sindical que oriente, organice y encauce en una acción común a los trabajadores, organizaciones y nucleamientos es lo que preocupa también a Otero y a la burocracia en general. Este Plenario se desarrollará a fines del próximo mes de enero y una vez más las fuerzas combativas de la clase obrera y demás sectores populares demostrarán que las reaccionarias intenciones del Ministro Otero no podrán materializarse. Demostrará su capacidad de decisión y firmeza para defender sus conquistas y recorrer con férrea voluntad el camino de la liberación nacional y social Argentina.