11 de junio de 1971

Electrum 306   

CARTA DE TOSCO A LA

COMISION NACIONAL INTERSINDICAL 

Buenos Aires, l de junio 1971

Instituto de Detención U 2

Villa Devoto

Estimados Compañeros: Aprovecho la oportunidad de la presencia en el penal del Dr. Hipólito Solari Yrigoyen, para que por intermedio del mismo, puedan llegar estas líneas a todos los compañeros de la Comisión Nacional Intersindical.

En primer término quiero agradecerles el cálido mensaje de solidaridad combativa que oportunamente me transmitieron. Lo he valorado en todo su alcance de firme y claro pronunciamiento sobre todas las arbitrariedades y atropellos que comete la Dictadura usurpadora, contra todos los que luchan por la defensa de los derechos de la clase trabajadora y del Pueblo.

Asimismo como ustedes conocerán, he repudiado las groseras maniobras del claudicante y participacionista José Rucci, que en convivencia con el Ministro Mor Roig, pretendieron montar una escena de supuesto rescate de las libertades de los presos sociales, en un golpe demagógico con motivo del 25 de Mayo. Mi denuncia original, y la posterior conjunta con el compañero Raimundo Ongaro, tal vez hayan determinado la continuidad de la prisión. Pero esto en definitiva no importa. Lo que sinceramente creo que ha tenido validez fue desenmascarar desde la propia cárcel ese chantaje, la sensibilidad popular que tramaban los usurpadores y los participacionistas, embelesados cándidamente con el denominado Gran Acuerdo Nacional.

Mal que les pese a los usufructuarios de la Casa Rosada, hay quienes no están de acuerdo. Nosotros lo denunciamos como una reedición del Fraude Patriótico, que con otros nombres, pero con similares propósitos persigue estafar una vez más la voluntad soberana del pueblo argentino. Tengo plena conciencia de que la lucha entre el Pueblo y la reacción se amplía y se agudiza cada vez más. El régimen no se resigna a una derrota definitiva luego de la caducidad de sus dos primeras etapas con Onganía y Levingston, que cayeron abatidos por las grandes movilizaciones populares desarrolladas en Córdoba, Rosario, Tucumán, El Chocón, Salta, Catamarca, La Rioja y en general en todo el territorio nacional.

Un nuevo experimento está ensayando la reacción en el poder. Lanusse y Mor Roig y todos sus asesores han acudido, ya como última instancia, al acuerdismo, al pactismo, con aquellos que encarnizadamente combatieron y que hoy quieren revivir y revitalizar y ponerlos de su lado, para salvar siquiera los despojos de esta agónica “Revolución Argentina”. Y esos políticos que de ser honrados y patriotas, hubieran podido apoyarse y rodearse con el pueblo para enfrentar y derrotar a la Dictadura; han preferido convertirse en la propia justificación histórica de quienes asaltaron el poder y los desplazaron a ellos calificándolos de ineficaces y perimidos.

Pocas excepciones hay en este proceso que corona la descomposición de los profesionales de la política, que han venido a jurar o al menos a convalidar el propio Estatuto que los estigmatizó en Junio de 1966. El concepto de que esta convocatoria de los usurpadores a los políticos, es el fracaso de la “Revolución Argentina” es totalmente equivocado. Un político para ser auténtico no debe dejarse quitar sin lucha la representación que el pueblo le ha otorgado. Y menos pretender recibirla de quienes no sólo no lo representan, sino que han hecho y hacen escarnio del mismo.

Hablar de la normalización institucional, del gran acuerdo, de la vuelta a la democracia representativa, en función de una salida enmarcada en los límites de “enmiendas” constitucionales, de estatuto de partidos políticos y de leyes electorales, confeccionadas, instrumentadas e impuestas por el poder militar reaccionario, con la disfrazada elaboración de juristas domesticados, es participar concientemente del fraude, de la burla y de la entrega, con que es agraviado el mismo pueblo al que dicen defender.

Están usando un reloj demasiado viejo y enmohecido para pretender marcar la hora de nuestro pueblo. Para colmo de males se lo han entregado al régimen para que le de cuerda. Como cuerda le dan también a la CGT participacionista con el descuento obligatorio que ningún trabajador autorizó, para financiar la entrega y el sometimiento del movimiento obrero.

Pero ya nada será posible sin el protagonismo militante del pueblo, solo continuar por breve tiempo con la estafa, la persecución y la opresión generalizada.

Ya nada positivo es posible con este régimen. Los aumentos de salarios nominales, van siendo aceleradamente devorados, aún en muchos casos sin haberlos percibido, por la enloquecida carrera de los precios.

La desocupación ha crecido en los dos últimos meses. Los jubilados y pensionados han quedado peor que antes. El déficit del presupuesto se ha triplicado por sobre las cifras previstas. Muchos de los argentinos que luchan tienen como destino la represión y la cárcel. Se concentra, y se agrava y se perfecciona la legislación represiva y sus instrumentos de aplicación. Las desnacionalizaciones siguen y los quebrantos aumentan. Y todo esto con un programa económico de 1971 a 1975 y una supuesta entrega del gobierno en tres años, para que se continúe llevando a la práctica lo que la dictadura planificó y que “custodiará” para evitar “deformaciones”.

Lo positivo y posible para el pueblo surgirá solamente de la continuidad de la lucha. La clase trabajadora, el estudiantado, las fuerzas y los militantes políticos populares, los sacerdotes del Tercer Mundo, los profesionales, los sectores económicos agredidos por las desnacionalizaciones y el vaciamiento del mercado interno, y las demás organizaciones del pueblo que luchan en todos los terrenos, pueden derrotar con su unidad de acción, con su identidad fundamental de objetivos, con una cada vez mayor funcionalidad coordinada y solidaria, al imperialismo y a sus aliados nativos que tienen como único propósito mantener y consolidar la estructura capitalista de la dependencia y de la explotación. Las famosas fronteras ideológicas marcadas por las fuerzas de ocupación se van estrechando cada vez más. No hay ideologías ni sistemas que vivan por mucho tiempo si no están en la conciencia y en la organización económica que el pueblo quiere y considera útil para satisfacer sus necesidades materiales y espirituales.

La lucha de los pueblos oprimidos para conquistar su liberación del imperialismo en todo el mundo, y los recientes ejemplos en América Latina, de Perú, Bolivia, y Chile, constituyen pruebas irrefutables e irreversibles de la marcha hacia una nueva sociedad sin explotados ni explotadores.

Ese camino con las características propias de nuestra situación, es el que estamos construyendo los argentinos que luchamos por la liberación Nacional y Social de nuestra Patria.

Desde las fábricas, las escuelas, las calles y desde las mismas cárceles del régimen, damos testimonio concreto de nuestro compromiso militante para concretar esos grandes postulados. Aquí termino esta carta, compañeros de la Comisión Nacional Intersindical. Si ustedes desean pueden retransmitirla, queda la decisión a vuestro mejor criterio. Con ella fundamentalmente quiero reconocer la solidaridad brindada y ratificar desde este encierro a que me condena la dictadura, todas las posiciones asumidas hasta el presente.

Saludo a ustedes con un fraternal abrazo.

AGUSTIN TOSCO